Estos dos elementos, que a continuación analizamos, pueden dar un nuevo giro a las creaciones de los estudios y requerirán nuevos especialistas en los desarrollos de estos productos.
Aunque apenas lleva unos días disponible de manera oficial en España ‘Pokémon Go’ se ha convertido en el fenómeno del año en el mundo de los móviles. Cada día que pasa se suceden las noticias que dan fe de cómo millones de personas se han descargado la aplicación, heredera de un todo un clásico como la franquicia Pokémon.
Tanto Niantic Labs, desarrolladores de la plataforma, como Nintendo, que ha visto multiplicado su valor bursátil, se han visto muy reforzado por este lanzamiento.
Mucho se ha comentado de los factores que han impulsado el éxito de ‘Pokémon Go’: un ‘fenómeno fan’ con más de dos décadas de vida que ahora ha sabido adaptarse a los ‘smartphones’ gracias a la realidad aumentada y la geolocalización.
Es precisamente la ubicación del usuario y la integración con su entorno la que logra ofrecer una de las mayores singularidades del juego. Ahí entra en juego el algoritmo de la aplicación, encargada de repartir los diferentes ‘Pokémon’ por todo el mundo, así como los gimnasios.
Algoritmos y partidas procedurales
Para ello, los creadores del juego crearon un sistema que cruza millones de datos referentes al clima, la vegetación, el tipo de suelo y el entorno del jugador con su posición. De esta manera, es más probable que un ‘Squirtle’ u otra criatura de tipo ‘Agua’ te aparezca más cerca de un lago o la playa.
“Estos algoritmos, con el tiempo, abrirán una nueva era en los videojuegos”, afirma Enrique Morales, coordinador del Grado de Desarrollo de Productos Interactivos de U-tad, el Centro de Tecnología y Arte Digital, que hace referencia a los “elementos procedurales”, algoritmos que ‘reaccionan’ automáticamente, sin un esquema previo, a las decisiones del jugador creando escenarios, diálogos, mundos, personajes…
Nuevos perfiles profesionales
Además, ‘Pokémon Go’ se ha posicionado como una valiosa fuente de datos. Los tiempos medios de uso de la app se han disparado hasta superar a WhatsApp. “La propia dinámica del juego, sin notificaciones ni alertas, incita a pasar tiempo activo”, analiza Morales.
Todo esto se traduce en una serie de datos acerca de usos, rutinas, costumbres y millones de usuarios que se involucran dentro del fenómeno del Big Data. “Estos juegos van a requerir que los estudios de videojuegos cuenten con ingenieros y especialistas capaces de manejar grandes volúmenes de datos en tiempo real”, afirma Francisco Javier Soler, director académico del Área de Interactivos en U-tad.
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