El pasado mes de noviembre nuestro antiguo alumno, Adrián Pueyo, se incorporó a Weta Digital, la compañía de efectos visuales más importante del mundo, responsable de producciones como ‘El Señor de los Anillos’ o ‘Avatar’. Pueyo, que estudió en U-tad el Máster en Iluminación 3D y VFX, tiene solo 24 años, ha pasado por cuatro países y trabajado como ‘Digital Compositor’ en películas como ‘El Libro de la Selva’, ‘The Martian’, ‘Piratas del Caribe’ o ‘Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi’, que se estrena este viernes 15 de diciembre a nivel mundial. Hemos hablado con él para hacer un repaso por su trayectoria profesional, conocer su trabajo en la famosa saga y sus expectativas de futuro.
¿Cómo comenzó tu pasión por los VFX?
Desde muy pequeño me ha atraído contar historias en movimiento. Con siete años fui consciente de que no teníamos cámara de video en casa, así que insistí hasta que a los nueve conseguí una. Desde entonces me dediqué a hacer historias de plastilina, a mover muñequitos, a crear fotogramas… Luego hice algún cortometraje con amigos y, con 11 años, empecé a practicar con Photoshop.
Después, me impresionó muchísimo ver algunas obras digitales. Empecé a aprender por mi cuenta GFX, que son como efectos visuales en una imagen. A lo largo de los siguientes años continué por la misma vía y, mientras tanto, me aficioné al mundo de los cortometrajes y a la fotografía. Fui desarrollando esas dos facetas, pero no tenía ningún tipo de formación que me dirigiera hacia donde yo realmente podría haberme dirigido. Entonces, como soy bastante técnico, me gustan mucho las matemáticas y la ciencia, acabé estudiando una Ingeniería Industrial, mientras que por las tardes y noches trabajaba por mi cuenta hasta las tantas. Me salieron bastantes trabajos pero no terminaba de darle forma al tema.
Cuando estaba terminando el segundo año de Ingeniería Industrial mi madre vio que había una universidad a 100 metros de mi casa, U-tad. Tenía un máster de VFX que se parece mucho a los GFX que yo hacía, así que me puse a investigar. Vi que los VFX son efectos visuales, Photoshop aplicado a un vídeo. Todos mis puntos fuertes y aficiones desarrolladas en todos los años aplicadas en una profesión.
Realmente aún no era consciente de que eso era una profesión. Empecé a serlo cuando comencé el máster mientras continuaba con la ingeniería. Cuando llegué me explicaron los distintos tipos de trabajo que había en el cine, en la televisión, en publicidad, así como los distintos perfiles que hay, los distintos softwares que se usan, y vi que realmente es una industria muy grande y con mucha demanda. Y ahí es cuando dejé la ingeniería y me metí de lleno a esto.
¿Qué supuso para ti estudiar en un centro como U-tad?
Internet es un valioso recurso y te puede aportar conocimiento teórico y de herramientas, pero eso por sí solo no te mete el pie en la industria. Necesitas o viene muy bien tener a gente del sector que te dé una visión de gente que sí está trabajando en todo esto y está utilizando ese software de manera profesional. La universidad te ofrece muchas ayudas, especialmente el entorno que te rodea, la gente, está todo en la misma tónica. Si aprendes por tu cuenta puedes acceder al conocimiento y a las herramientas, puedes labrarte un futuro con bastante esfuerzo, pero tiene que ser todo por tu cuenta y, tal vez, por cada dos pasos que avanzas, retrocedes uno. Tener un lugar donde te enseñan te proporciona un entorno que te lanza directamente a la industria.
¿Cómo te llegó tu primera oportunidad laboral?
Antes de llegar a U-tad había conseguido un trabajo por mi cuenta relacionado con vídeos, de cosas bastante más amateur, aunque la calidad fuera siempre el máximo de lo que yo pudiera dar. El trabajo en la industria de los efectos visuales, hasta que no supe lo que era la industria y hasta que no estuve dentro y hube empezado con el máster, no existía para mí. El primer trabajo que tuve fue aquí en Ilion Animation Studios. Estuve con ‘Mortadelo y Filemón’ haciendo trabajo de composición. Luego, a través del máster, conseguí una oportunidad en una empresa de Madrid haciendo una película de zombies, ‘Extinction’, donde estuve otros tres meses encaminándome a la composición.
Después, al finalizar del máster, conseguí un puesto en Telson a través de un profesor. Es una de las principales empresas españolas que tradicionalmente ha sido muy fuerte en el sector de los anuncios, y efectos visuales en general, y de muchos otros ámbitos multimedia. Tiene un departamento de composición y aprendí muchísimo con profesionales directamente. Estuve allí ocho meses, empecé de becario a través de U-tad, luego me contrataron como compositor junior y habría seguido, pero ahí fue cuando me salió la oportunidad de irme a Londres en 2015 y, desde entonces, he ido enlazando de una empresa a otra y de un país a otro.
¿Cómo ha sido ese enlace de una compañía a otra?
Tras pasar por el máster, hacer prácticas de composición en Ilion, pasar por Telson, entre otros sitios, participé en varias producciones como ‘El Desconocido’ o ‘100 años de perdón’. A cada paso mis responsabilidades fueron aumentado un poquito y, con ello, la calidad del trabajo que me daban. Así fue como me salió la oportunidad de irme a Londres para hacer ‘The Martian’ en MPC. Estuve dos meses y medio, amplié, y me quedé para hacer ‘El libro de la Selva’, que consiguió el Óscar hace poco.
Después estuve en Madrid otra vez, en El Ranchito, trabajando en ‘Un monstruo viene a verme’, y volví a Londres otra vez y estuve con ‘Passengers’ y con la quinta de ‘Piratas del Caribe’. De allí me fui a Vancouver y estuve con ‘La Momia’ y ‘Wonder Woman’, y de allí me fui a ILM. Primero trabajé en ‘Only the Brave’ y después me movieron a Star War,s el episodio VIII. Estuve tres meses y me fui a otra empresa que se llama Scanline VFX. Después iba a volver a ILM pero me salió la oportunidad de irme a Weta, en Nueva Zelanda, que es muy atractiva, así que decidí irme para allá.
¿Qué puedes contarnos de Star Wars?
Allí hice composición de efectos visuales, como en todas las películas en las que he estado. Star Wars es la franquicia estrella de LucasFilm e ILM, y casi de Disney junto a Marvel y alguna otra. Realmente, cuando tú llegas a esta empresa – que se creó hace 40 años por George Lucas- para hacer Star Wars, es todo un lujo. Te das cuenta de que las demás personas están igual de motivadas y que todo el mundo que está en el proyecto lo ve como algo suyo. ILM es una empresa en la que el artista tiene mucha responsabilidad sobre el acabado de los planos, así que es genial. Luego también es una compañía muy grande que tiene en exclusiva esa película, así que estás trabajando con quien la está haciendo. No es una subcontrata ni nada parecido. Al final el trabajo es parecido al de las demás empresas, pero siempre hay cosas nuevas, hay que adaptarse a cosas distintas, que es lo bonito.
¿Siempre quisiste trabajar en Star Wars por motivos sentimentales?
Nunca he sido un fan desde pequeño, pero así es mejor porque si fuera un friki de Star Wars, al ver el trabajo que tenía que hacer, al ver los planos, se me hubiera chafado la película… No obstante, para todos los que estaban allí era un sueño y para mí también, me encantó la experiencia.
¿Qué supone para ti haber llegado a Weta y por qué es importante para quien no la conozca estar en una empresa de estas dimensiones?
Para mi estar en Weta en Nueva Zelanda es también un reto y una aventura nueva que me apetece mucho. Para empezar, porque esta empresa está solo allí, si quieres trabajar en Weta tienes que irte directamente a Nueva Zelanda. Por otro lado, porque tienen un historial de innovación en el cine increíble. En el campo del Motion Capture son pioneros prácticamente. Cuentan con los mejores equipos y profesionales y en cada película que hacen dan un paso adelante, y más con los supervisores y directores con los que trabajan. Además, también son unos bestias en cuando a que se van a 4K, 48 fotogramas, estéreo… todo lo multiplican por dos si pueden. El equipo y sobre todo el talento que hay allí es increíble, es lo que más me atrae.
¿Qué películas ha hecho Weta que puedan servir de referencia?
Las películas que más sirven como referencia para Weta creo que son ‘El Señor de los Anillos’, ‘El Hobbit’ y ‘El Planeta de los Simios’. También ha trabajado en secuencias muy difíciles de películas grandes. Por ejemplo, en ‘El Libro de la Selva’ – aunque MPC hizo la mayoría-, Weta hizo las secuencias con todos los monos y las más bestiales en cuando a captura del movimiento, hiperrealistas por supuesto. Ha hecho Avatar también y está trabajando en las próximas.
¿Te gusta este estilo de vida de ir de una producción a otra? ¿Qué te permite poder moverte entre países?
Este sector es muy nómada si quieres y, si no, también puedes quedarte en casa. El hecho de que vayas de proyecto en proyecto y de empresa en empresa te permite aprender mucho más rápido y entrar en contacto con muchos más proyectos, más profesionales, y sobre todo conocer el mundo un poco. Trabajas mucho, pero al final puedes ir a puntas muy distintas del mundo y ves que somos los mismos en todos lados. Por ahora ese es el plan y a ver si en unos años vuelvo a España, que también estará creciendo a lo bestia el sector y habrá más oportunidades estables.
¿Dónde te ves de aquí a unos años, cuál es tu objetivo? ¿Qué es lo que te queda por hacer?
A medio plazo me gusta mucho mi trabajo pero quiero encaminarlo a dirigir equipos de gente que hace lo mío, a crear herramientas y plantillas y, poco a poco, supervisar la parte que me corresponde. Espero ir por esa vía en los próximos años y luego volver a España y seguir haciéndolo.
Mi principal espinita era ir a Weta y ahora lo he conseguido. Algún día querría hacer alguna empresa, dedicarme a hacerlo por mi cuenta en España, pero hay tantas variables que van cambiando continuamente que mis metas también van cambiando y adaptándose. Al final tengo como una meta principal y las secundarias son las que van variando todo el tiempo. Es algo bonito.
Supongo que el sector de los VFX tiene buenas expectativas de futuro, ¿verdad?
Sí, en general todos los sectores digitales van para arriba, pero más los que constituyen un trabajo que se está multiplicando. Cada vez hay más efectos visuales en una película, cada vez son más complejos y requieren de más potencia, de más gente y más tecnología. Está creciendo exponencialmente.