Sus manos han creado a algunos de los personajes de dibujos animados más relevantes de la gran pantalla. Es Borja Montoro, diseñador de personajes español, y uno de los más reconocidos del mundo. Estos últimos tiempos ha participado en las películas recién estrenadas: ‘El dragón de los deseos’ (que puede verse en Netflix) o ‘Spirit: Indomable’, que puedes ver en cines. También lo ha hecho en las que están pendientes de estreno: ‘Bebé jefazo 2’ y ‘Space Jam: A New Legacy’.
En esta ocasión, el trabajo de Borja Montoro, director del Experto en Diseño de Personajes de U-tad, ha ido desde la creación de los personajes principales (poses y expresiones) de ‘el dragón de los deseos’; a las poses y expresiones de todos los personajes principales de ‘Bebé jefazo 2’ o de ‘Spirit’, a las mismas de Bugs Bunny, Lola Bunny o Porky Pig en Space Jam; o a la caricatura, diseño, poses y expresiones de LeBron James en esa misma película; entre muchas otras.
Este profesional del mundo de la animación, a pesar de haber estudiado Derecho y de tener influencia familiar en este ámbito, decidió compaginar sus clases de materia legal con otras de animación tradicional. Fue así como dio sus primeros pasos en la industria, como animador tradicional. “La industria cambió con la incorporación del sistema de producción digital, con la animación en 3D. en ese momento yo ya estaba dentro, trabajando como dibujante y animador tradicional en 2D”.
Su conocimiento sobre los personajes, sobre su expresividad, sobre sus poses, etc., le permitió reciclarse en el sector y, aunque a veces ha seguido haciendo animación 2D, su actividad principal ahora es el diseño (y desde 2014). Si tuviera que volver atrás, dice, “no cambiaría esto, me dedicaría a ello completamente. Es una profesión preciosa”.
Cuando echa la vista atrás, recuerda sus primeras veces en el mundo del diseño en el estudio de Sergio Pablos. “Con animación 2D lo primero que hice fue trabajar en proyectos propios de Sergio. Después también hice mucho dibujo en prensa”.
Hoy su día a día de trabajo es “bastante fijo”. En la actualidad trabaja para dos proyectos al mismo tiempo por lo que reconoce que su día es “muy largo”. “Afortunadamente trabajo desde casa, en el estudio que tengo. No me tengo que desplazar mucho, así que hago mitad vida familiar, mitad estudio: llevar a los niños al colegio, el café con los amigos en la puerta del colegio, y luego ya me siento a dibujar, miro correos y otras cosas que deba atender. Mientras tanto dibujo, dibujo mucho. Me paso todo el día sentado dibujando”.
Cuando se le pregunta por los proyectos que más le han marcado en su carrera, lo tiene claro. Como animador, la película que más lleva con él y que mejor recuerda ha sido la de Tarzán. “Por mil cosas: porque éramos muy jóvenes, porque estábamos viviendo en París, teníamos ya una niña, y nació nuestra segunda niña allí. La película era una preciosidad, y me dio la oportunidad de trabajar con Glen Keane. La película de Tarzán ha marcado una época. Es la más importante que se ha hecho en el estudio de París (Disney), del que guardo muy buenos amigos”.
Como película para diseño de personajes, la que más le gustó, y con la que más disfrutó, fue ‘El secreto de Giacomo’, una película preciosa que nunca llegó a salir. “La hicimos mano a mano Sergio y yo, muy al principio, ya que cuando volvió de Disney me llamó para que trabajara con él, aquí, en Madrid. Le dedicamos mucho tiempo: al guion, al diseño que era casi todo mío… lo disfruté mucho. Tengo mucho cariño a esa película por la época, por todo lo que significa… y lo pasamos muy bien haciéndola”. Otras películas que también ha disfrutado especialmente han sido Zootopia y Moana, así como las nuevas en las que ha participado.
Vivir del diseño de personajes y mucho trabajo
¿Vivir del diseño de personajes? “Se puede. Yo vivo de esto. Si yo lo hago es que se puede. Este es un trabajo, está bien reconocido, bien pagado. Es una vida cómoda y agradable”, asegura. También explica que llegar a tener categoría internacional y trabajar en estudios grandes lleva tiempo y dedicación. “Es un camino largo, hay que tener tesón, hay que querer hacerlo, no es fácil tampoco.
¿Lo que más recomienda Borja Montoro a quienes se quieren dedicar a esto? Que estudien cine y fotografía. Que analicen buenas imágenes y tomas, y que aprendan a comunicar bien las ideas. “Que cojan folio, lápiz y boli bic y que dibujen mucho, mucho. La tecnología es maravillosa, pero es un apoyo para lo que hay que aprender antes”.
Añade que para ser diseñador de personajes hay que, sobre todo, saber dibujar. Los colores, el Photoshop y otros artificios se pueden añadir, “y están muy bien, pero van después”. También hay que saber interpretar a los personajes, dibujar actores. “No es que se caricaturicen actores, sino que uno tiene que mirar las películas, pausar las imágenes, ver la importancia de una inclinación de cabeza, la importancia de una pausa, o cómo respiran los personajes… y todo eso hay que aprender a dibujarlo. Requiere tiempo, no es fácil”.
A pesar de que la tecnología sea muy útil, dice que la base del trabajo del diseñador de personajes debe seguir siendo el dibujo. “Como en todo, cuando tienes que dedicar mucho tiempo a algo, las cosas generan pereza, porque la maestría necesita muchas horas. Por eso hay quien busca atajos, que muchas veces proporciona esa tecnología (porque en seguida puedes poner color, brillos, etc.), pero lo que hay debajo es lo más importante. Photoshop no va a resolver tus problemas”.
Por otro lado, lo que aconseja a los alumnos es que se integren en la industria cuanto antes. “Es allí donde va a terminar de formarse”. “La obligación de un estudiante es intentar entrar en un estudio, incorporarse a una película por pequeña que sea. Ir dando pasos con tranquilidad, despacio y bien”.
Para eso hay que tener en cuenta que la persona que “te abre la puerta de un estudio” es la que revisa tu portfolio. “Esa persona es dibujante, es artista, es gente que sabe dibujar, no se dejan engañar. Saben ver quién dibuja y quién no”.
Borja Montoro asegura que a una persona joven le abre la puerta “la fuerza del dibujo, la expresividad… y eso hay que trabajarlo”. El problema es, principalmente, el que comento, es el que más me encuentro.