¿Te gustaría ser ilustrador? ¿Quieres saber cómo se adapta la ilustración al ámbito digital? Sergio Jiménez, profesor del Grado en Diseño Digital, te cuenta en este artículo diez cosas que tienes que conocer sobre cómo trabaja un ilustrador digital. ¡Toma nota!
¿Qué es la ilustración digital?
La ilustración digital es una disciplina difícil de definir, ya que abarca múltiples técnicas y campos de trabajo. Entre los puntos claves que debes comprender se encuentran los siguientes:
Ilustrar o dibujar: diferencias
Aunque el dibujo tiene un gran peso en ella, la ilustración no consiste solo en dibujar. El ilustrador es un narrador visual y el dibujo se pone siempre al servicio de contar historias. Es cierto que el dibujo académico ha estado muy presente en la ilustración por su virtuosismo y aquello que ha tenido siempre de artesanía de la representación. El dibujo hoy consiste en leer el mundo a través de la mirada, pero el acto privado de dibujar, que diría Berger, no es suficiente para configurar una ilustración. Un ilustrador crea un relato con elementos intrínsecos al dibujo (o la plástica, dicho de otro modo) y otros elementos (visuales o conceptuales) para contar una historia. Sirvan como ejemplo los trabajos contundentes de color de Olimpia Zagnoli, la diversidad de materiales de Christoph Niemann o la combinación de collage digital y analógico de Mike McQuade.
Narrativa visual
Narrar visualmente consiste en relacionar emociones con principios. Por eso, un ilustrador debe preguntarse constantemente: ¿qué sentimientos quiero provocar con esta imagen y qué principios debería utilizar para lograrlo? Molly Bang escribía que «los sentimientos van siempre ligados a los elementos que configuran la ilustración», a líneas, formas y figuras, colores, texturas, espacio y composición, pero también a figuras retóricas como el uso de la fantasía y la palabra, expresando vivencias y datos personales. ¿Cómo harían si no Pascal Campion o Magoz para arrancarnos una sonrisa cuando nos prestan su mirada?
Digital es lo que pasa en la pantalla (pero también cómo entra y sale de ahí)
Hay ilustraciones creadas para la pantalla y pensadas para no salir de ella. Otras entran y salen (input cámara o escáner y output imprenta o impresora) a través de la tecnología. El ilustrador parte de un texto que tiene que interpretar en una imagen pensada para ser reproducida, normalmente con fines comerciales. Para ello, utiliza software y dispositivos (ordenadores, tablets, stylus,…) que terminan conformando un lenguaje propio.
Digital hoy en día es prácticamente cualquier ilustrador. Incluso el ilustrador más analógico se enfrenta en algún momento a la presión de promocionarse en las redes sociales o la necesidad de reproducir su trabajo.
Herramientas digitales
Las herramientas son una elección del ilustrador para potenciar la fuerza de lo que transmite y también para hacer llegar su trabajo a los demás. Tradicionalmente, las técnicas gráfico-plásticas dominaban la ilustración junto con las técnicas tradicionales e industriales de estampación. Ya a finales de los 80, las herramientas digitales otorgaban un estatus a la ilustración paralelo al de su hermano, el diseño gráfico. Ilustradores como Dave Mckean introducían en el mercado experimentos donde la viñeta se creaba mezclando dibujo, fotografía y filtros de Adobe Photoshop. Desde entonces, la integración del entorno digital ya no se cuestiona.
Curiosamente hoy, tanto Adobe como Procreate (los dos gigantes del mercado), emulan la apariencia de materiales y técnicas del entorno analógico. Basta ver la cantidad de proveedores de pinceles y texturas que han nacido, como RetroSupply o TrueGritt. También es cierto que hoy en día los equipos y softwares son bastante accesibles y que es sencillo aprender a manejar las herramientas, a través de cursos, manuales y tutoriales.
Entretener, vender, informar
Si la principal función de un ilustrador es narrar visualmente y generar emociones, esta puede aplicarse a ámbitos como el entretenimiento, la venta de un producto o la gráfica de datos. Una ilustración puede atraer a la audiencia con empatía, conectar de forma entretenida y persuadir para hacer que nos enamoremos de un producto. Las ilustraciones de Jordon Cheung, Ars Thanea o Brosmid pueden dar buena cuenta de esa apreciación.
Ámbitos de la ilustración
Tradicionalmente, cuando hablábamos de ilustración pensábamos en tres ámbitos principales: prensa y editorial (incluyendo también arte secuencial y cómic), publicidad y diseño gráfico. Hoy en día el entorno digital de la web y las redes sociales ha ampliado esos ámbitos, convirtiendo a la ilustración en un sistema flexible (orgánico si se quiere) de comunicación. Roman Muradov decía: «A veces no tienes ni idea de qué va, pero hace que lo que te rodea cambie por un instante».
Hemos experimentado un auge de la ilustración como narrativa (storytelling) de marca (exhaustos ya de las imágenes de stock) y un ascenso de la gráfica experimental de la mano de los NFTs (como estos de Buba Viedma, por ejemplo).
Emocionar
La ilustración tiene algo de viaje hacia lo infantil, de regresión a la niñez. Obviamente, esta es solo una de las muchas estrategias de comunicación, pero su demanda sigue siendo muy atractiva porque implica persuasión y empatía. Tiene algo de esa conexión genial, espontánea e ingenua de los niños. Hay algo tan humano en eso que es difícil cuestionar el valor que puede aportar. Como ejemplos tenemos las manipulaciones poéticas de Javier Jaen o el imaginario de Hedof (por señalar dos extremos).
Aportar estilo
El estilo es básicamente la traducción visual de un concepto. Los recursos que usa una ilustración para expresar el tono de la narración. Cuando esos recursos se dan de forma reiterada en el tiempo, es decir, se repiten en varias ilustraciones, aparece el estilo. Al estilo siempre le preceden conexiones del propio ilustrador (como la conexión con el paisaje en la obra de Plaid). Así, son el resultado de articular formas de representar y componer. ¿Cómo se hace? Reiterando maneras de trabajar la escala (Kelly Anna), la forma (Tom Froese) o el color y la síntesis (Owen Davey).
Comunicar con claridad
El objetivo principal de la ilustración es hacer sencillo lo complejo. Puede ser, como dice Steven Heller, una labor social que añade crítica y chispas de pensamiento independiente. Comunicar con claridad y emocionar al mismo tiempo es un acto que genera empatía con el usuario.
¿Por qué ser ilustrador digital?
Una ilustración es siempre un comentario social, y como tal puede usarse para reforzar una identidad, manifestar diversidad, dar énfasis a una historia o incluso definir problemas de forma visual. De esta forma, puede crear avatares, mundos e imaginarios y ayudar a hacer entretenido lo aburrido. Citando a Isidro Ferrer, puede ayudar a «buscar lugares donde podamos seguir descubriendo y asombrándonos».
¿Qué estudiar para ser ilustrador digital?
Para trabajar como ilustrador digital lo recomendable es tener con formación específica. En U-tad contamos con dos titulaciones que dotan a los estudiantes de las competencias y habilidades necesarias para convertirse, el Grado en Diseño Digital y el Ciclo de Grado Superior en Artes Plásticas y Diseño en Ilustración. Consulta ambas titulaciones y pregúntanos todas tus dudas. ¡Las resolveremos sin compromiso!