Javier García Algarra, profesor y director del área de Ingeniería en nuestro Centro Universitario U-tad, ha desarrollado (junto a Mary Luz Mouronte – profesora de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Francisco de Vitoria -y Javier Galeano – investigador del Grupo de Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Madrid-) un modelo matemático que reproduce y explica, a través de redes complejas, el funcionamiento de las exportaciones e importaciones del comercio mundial reflejando las desigualdades existentes entre los países desarrollados y subdesarrollados.
Según este modelo generativo, los países que dominan el comercio mundial por volumen de intercambios tienen una participación mayor que la que les correspondería si estos fuesen proporcionales a su Producto Interior Bruto (PIB). Por el contrario, los países débiles económicamente comercian por debajo de lo que podrían hacerlo, lo que pone de manifiesto que la desigualdad entre países es una propiedad estructural del comercio mundial. Aunque el comportamiento de la red de comercio es extraordinariamente complejo -por la diversidad de los bienes que se intercambian, los tratados y los condicionantes geográficos- los datos agregados del modelo muestran una serie de propiedades estadísticas que permanecen muy estables.
Este trabajo de investigación ha consistido en construir un modelo capaz de reproducir la distribución de la desigualdad entre países exportadores e importadores. “Synthrade”, así es cómo se denomina el modelo que simula el flujo de bienes y servicios entre exportadores e importadores como una red compleja. A pesar de que la red del mercado mundial emerge de la agregación de múltiples elecciones a diferentes niveles (individual, empresarial, legislativo, etc.) Synthrade reproduce con gran aproximación las distribuciones de volumen de intercambios de las series históricas en todo el rango disponible desde 1962 hasta 2017.
Para desarrollar este modelo se han utilizado dos principios matemáticos de formación de redes: el enlace preferencial y el crecimiento del flujo comercial como producto de las probabilidades proporcionales al peso de cada país como importador o exportador. Una vez considerados ambos principios, la construcción de la red consta de dos fases, una de construcción de nodos y otra de crecimiento del volumen del mercado. En la primera, se eligen los países que van a comerciar entre sí, usando el mecanismo de enlace preferencial que determina que cada nuevo país que se conecta a la red lo hace con probabilidad proporcional al volumen de intercambio de los nodos ya conectados. Esto significa que un país importador comerciará con mayor probabilidad con un gran exportador que con una economía pequeña y lo mismo ocurre en el sentido de exportación, es más probable vender a grandes compradores que a una nación de poco peso en el total mundial. Esta fase es muy rápida y como hemos visto, genera desigualdad inicial. Además, muestra cómo esta desigualdad es una propiedad emergente, que tiende a reproducirse y a mantenerse en el tiempo.
A partir de entonces, cada paso de simulación representa la aparición de una oportunidad de comercio en el mercado mundial que irá a parar en principio a cualquier par exportador-importador. La probabilidad es proporcional a la parte de mercado exportador/importador de la pareja, de manera que la gran mayoría de comercio acaba siendo acaparado por los países más ricos. Solo ocasionalmente aparecerán relaciones entre dos países de economía precaria. Esta circunstancia es la acumulación de bienes conocida en sociología como el “efecto Mateo”, por el pasaje evangélico “Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.”
Mitigar las desigualdades
Este efecto se conoce en numerosas redes complejas, sin embargo, lo que resulta novedoso de esta investigación es que la desigualdad en el comercio se puede reproducir con un mecanismo de enlace preferencial en la etapa inicial. Esta manera de construir la red representa la facilidad para comerciar de cada nación, así como que las desigualdades no solo no se mitigan, sino que tienden a reforzarse con el paso del tiempo.
Según algunas asociaciones, la única forma de invertir esta tendencia sería que los países ricos redujeran sus aranceles para que los países pobres pudieran exportar más, pero esto no basta para modificar la estructura de la red porque los países pobres siguen comercializando con los ricos. La única manera de invertir esta situación sería que las naciones más débiles comercialicen entre sí, fomentando de este modo ‘el comercio interregional’. Javier García Algarra añade que para mitigar la desigualdad «las recetas clásicas dicen que hay que eliminar las barreras al comercio para que los países más débiles puedan participar más de la cantidad global de intercambios». También expresa que las intervencionistas dicen «que hay que proteger los mercados débiles mediante aranceles para evitar la dependencia. Lo que sugiere nuestro modelo es que nada de eso va a funcionar a largo plazo. Si se reducen mucho las barreras es cierto que los países débiles podrán participar más en el comercio mundial, pero eso no cambiará la estructura de la red. El volumen crecerá pero los países dominantes acapararán aun más».
Explica que «la posible solución pasa por equilibrar el mapa de probabilidades y eso no funcionará ni mediante una globalización absoluta ni mediante proteccionismo. Lo que hay que fomentar es el comercio entre bloques de países homogéneos, con una mayor integración regional. Eso aumentaría la probabilidad de comercio entre naciones africanas o de América Latina, por ejemplo, que en general son productores de bienes primarios que se transforman en China, Europa o Estados Unidos. Nuestra investigación se detiene en este punto, describiendo el origen del problema y una posible estrategia de solución, en el futuro intentaremos cuantificar el impacto de distintas estrategias de mitigación».
Este tipo de estudios son una muestra de cómo la digitalización, el Big Data, la analítica de datos y las herramientas interactivas de visualización de datos contribuyen al avance socioeconómico y tienen aplicación directa en el desarrollo y riqueza de los países.
El software, programado en R, se ha desarrollado en la modalidad Open Source, lo que significa que está disponible de forma gratuita para toda la comunidad científica y de cualquier otro tipo de potencial usuario. Asimismo, el artículo ha sido publicado en la revista ‘Scientific Reports’ (2019) el pasado mes de diciembre. (Desde ese mismo link se puede descargar el artículo e imágenes).