Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital

Facebook
Twitter
LinkedIn

Entrevista a Jorge Martínez, alumno de ingeniería del software y músico

Hoy os traemos una entrevista a Jorge Martínez, alumno del grado de ingeniería del software y músico, con motivo del lanzamiento de su último album en el que ha colaborado con alumnos/as de diferentes areas de la univerdad para llevarlo a cabo. Te invitamos a descubrir más sobre él y su música en la siguiente entrevista.

Antes de nada, ¿podrías hacernos una breve presentación sobre quién eres y tu trayectoria?

 

Me llamo Jorge Martínez y soy de Madrid, del 2001. Como artista, he producido música electrónica de muchos tipos bajo diferentes alias a lo largo de los últimos 10 años, pero actualmente lo hago como “Xtasik”. Con este alias, que empezó en 2019, me centro sobre todo en la música electrónica más pura, análoga y viva, en géneros como el Techno y sus derivados, así como el IDM.

Hasta la fecha, he conseguido el apoyo de artistas internacionales como Porter Robinson, así como de artistas nacionales como Martí Perarnau IV, al que admiro.

Desde que empecé a hacer música, he aprendido todo lo que sé de forma autodidacta y la mayor parte de mis lanzamientos han sido publicados de forma independiente, o en compañías discográficas independientes. Estos lanzamientos incluyen singles, colaboraciones, EP, álbumes y remixes tanto oficiales como no oficiales.

Mi último proyecto es “Power Saving Mode”, un álbum de 10 pistas que me ha llevado los dos últimos años. Empezó como canciones por separado que producía mientras experimentaba un proceso de aprendizaje y crecimiento personal que, a su vez, empezó tras sentir que tocaba fondo y necesitaba reinventarme. Este proceso, que me ha ayudado a entender tanto mi pasado como mi presente, ha estado apoyado en la música, tanto la que escuchaba como la que creaba; aquellas obras en las que plasmaba momentos, sentimientos o lecciones que aprendía son las que componen el álbum.

¿Qué es la música para ti?

 

La música es una parte más de mí que no puedo separar, tanto por la parte de producir como por la parte de escuchar y disfrutar. Es una herramienta que me permite expresar lo que no puedo con palabras, así como un arte que me permite sentir de una forma única.

Tengo una mente que no es capaz de parar (para bien y para mal) y que siempre está pensando en ideas nuevas. Siempre que escucho música no puedo evitar hacerlo sin preguntarme cómo se ha creado; soy como una esponja que intenta absorber todo lo que escucha para luego procesarlo y poder incorporarlo a mis temas. Y aunque haga electrónica, realmente escucho de todo: la banda sonora de mi vida está compuesta por artistas que van desde Aphex Twin hasta Zahara.

¿Qué te llevó a grabar tú mismo tus propios temas?

 

Desde que era un niño recuerdo escuchar y disfrutar la música electrónica, pero cuando descubrí a Avicii y sus temas como Levels, o Wake Me Up, sentí la necesidad de crear música como él, porque quería transmitir la misma euforia y entusiasmo que sus temas me transmitían. Aquello me llevó a investigar sobre formas de hacer música, al principio en mi teléfono móvil y más tarde en un ordenador. En aquel entonces, sentía una liberación y una satisfacción personal haciendo música que era inigualable.

¿Cómo aprendiste a grabar/producir? ¿Cómo recuerdas esos primeros pasos?

 

¡Los recuerdo con mucha ternura! Empecé a producir música cuando estaba en primero de la ESO, tendría unos 12-13 años. En aquel entonces ya era muy fan de la electrónica más mainstream como la de Avicii o Tiësto porque sincronizaba mi iPod con la librería de iTunes de mi tío, muy aficionado a este tipo de música. Recuerdo descargarme una app en mi primer móvil con la que podías mezclar bucles de instrumentos ya hechos y le eché muchas horas, ¡era increíble! Creé un álbum entero de bucles malamente mezclados pero que, para mí, era totalmente merecedor de un Grammy.

Mi tío también me regaló un controlador MIDI para mezclar canciones, lo que también contribuyó a mi obsesión por la música electrónica. Todos los fines de semana buscaba un ratito para aprender la ciencia detrás de los DJ, de cómo hacen lo que hacen y por qué.

¿Con qué programa empezaste a grabar? ¿Lo sigues usando?

 

La aplicación que mencioné anteriormente se llama Music Maker Jam, de Magix. Se pillaba muchísimo en mi Galaxy S3 Mini, pero para mí era lo mejor del mundo en aquel entonces.

Algo de tiempo después, recuerdo investigar sobre cómo hacía Avicii su música porque yo quería sonar como él, y mi lógica de aquel entonces me decía que, si utilizaba el mismo programa, sonaría igual (Spoiler: no). Así es como acabé aprendiendo a utilizar FL Studio en su versión 11. Aprendí el 90% de lo que sé hoy día con este programa, que ofrecía bastante más flexibilidad y herramientas para poder componer, grabar, producir, mezclar y masterizar mis temas.

Unos años después, en 2017-18, me empecé a aficionar muchísimo a deadmau5. Solía hacer directos produciendo música en otro programa, Ableton Live, que aprendí a base de verle crear música en los mismos. Me gustó tanto el programa que acabé comprándolo y es el que utilizo a día de hoy. Es el que más se adapta a mi flujo de trabajo y, una vez interiorizas los atajos de teclado y la forma de hacer música en él, todo sale natural y bastante rápido.

¿Qué equipo usas para grabar tus temas?

 

Toda mi vida he utilizado únicamente un ordenador con diferentes softwares y algún tipo de monitorización de audio (ya sean altavoces convencionales o auriculares), pero desde hace unos 4 años he empezado a invertir en material profesional para crear un setup que me permite esbozar y crear ideas sin necesidad de un ordenador (lo conocido como DAWless).

Actualmente, tengo un setup híbrido en constante crecimiento. Por una parte, uso el programa Ableton Live 11 en mi ordenador para producir algunos temas, y por otra parte tengo una serie de instrumentos y herramientas listos para que pueda esbozar y grabar ideas y canciones sin tocar el ordenador. Estos instrumentos y herramientas son, en esencia, tres: un Elektron Digitakt (caja de ritmos, sampler y secuenciador), un Behringer TD3 (sintetizador para líneas de bajo y acid) y un Roland JU-06a (emulación de los Juno de los años 80). Todo esto se puede conectar a Ableton Live mediante una interfaz Mackie Producer 2i2, que me permite escuchar lo que produzco a través de unos monitores de estudio IK Multimedia iLoud o a través de mis auriculares Audio Technica M50x.

De todo el proceso de sacar una canción/álbum ¿qué parte dirías que es más complicada? La composición, grabación, mezcla, masterización…

 

Cada canción es diferente, y como tal, los procesos también lo son. Hay días que estoy más inspirado y la composición sale sola pero quizá el arreglo o la producción me cuestan más, y viceversa. Por lo general, personalmente la composición es lo que me suele costar un poco más.

En cuanto a la mezcla, normalmente la hago al mismo tiempo que produzco; si bien es un proceso que toma tiempo, generalmente no me suele costar mucho. Por último, la masterización también depende de la canción, pero no me suelo complicar mucho la vida: si suena bien y con un mínimo de volumen, ¡entonces a tope con ello!

¿Cómo ha sido trabajar en equipo para sacar adelante este proyecto? ¿Qué ha hecho cada una de las partes?

 

Trabajar con este equipo ha sido una experiencia maravillosa, tienen todos un talento increíble. Además de ser profesionales en sus respectivos campos, son gente cercana a mí y creo que esto ha facilitado mucho las cosas.

En este proyecto han participado tres personas más:

  • Lucía de Pablo, aka Sasenart (@sasenart), ilustró y animó las portadas del álbum de estudio, del álbum en vivo y de las 10 canciones que componen el mismo. Trabajé con ella sobre todo lo relativo a la identidad visual del proyecto y acabamos decantándonos por representar las canciones y sus significados en forma de cubos que contienen mundos y personitas. Los mundos son las experiencias que iba adquiriendo en mi proceso, y las personitas son pequeños exploradores que los descubren.
  • Rafa Rodríguez, aka Fünsky (@fiunsky) grabó, editó y creó el videoclip de Love On A Real Train, la quinta canción del álbum. Durante el transcurso de varios días grabamos en diferentes zonas tanto con cámara como con dron y Rafa creó un par de escenarios virtuales en Unreal Engine que se pueden ver en el vídeo.
  • Claudia Cascudo, aka Kscudin (@kscudin) diseñó el vestuario que llevábamos los cuatro, así como los diferentes carteles para las actuaciones en vivo.

Tanto Rafa como Lucía son también alumnos de U-tad, ¡así es como los conocí! Por otra parte Claudia es una diseñadora de 10, amiga de Lucía. Le llevo siguiendo algo de tiempo y me encanta lo que hace, por lo que tenerla en el equipo también me hace mucha ilusión.

Cuando hay varias personas dentro de un proyecto en ocasiones es complicado llegar a un consenso sobre las ideas que hay sobre la mesa y que estas tengan un sentido único dentro del proyecto. ¿Ha sido fácil en este sentido?

 

La verdad es que con el equipazo que he tenido todo ha sido bastante fácil. Si bien cada uno ha trabajado por su cuenta, he coordinado el trabajo que cada uno ha ido haciendo para que todo guardase relación entre sí y tuviera coherencia. Lo más complicado, a mi parecer, fue planificar todos los plazos, requisitos y entregables.

Si bien el álbum lleva haciéndose dos años, con Lucía estuve trabajando a todo gas desde Agosto – Septiembre del año pasado y con Rafa y Claudia desde Mayo – Junio, cuando terminé el álbum. Al estar todo tan concentrado en estos meses de verano, me encontré con que todos tenían planes y viajes, por lo que tuve que hacer algunos malabares para poder cuadrarlo todo de cara a poder presentarlo a Tabula Rasa en Agosto. ¡Al final salió bien y quedó perfecto!

¿Cuál ha sido el obstáculo más grande que has encontrado a la hora de sacar el álbum adelante?

 

Una dificultad que noté cuando estaba haciendo el álbum era saber cuándo lo iba a considerar como terminado. Originalmente, Power Saving Mode estaba pensado para ser un EP de cuatro canciones (A Dialogue With Myself, Inner, Love On A Real Train, Inner (Encore), en ese orden), pero empecé a mirar proyectos antiguos y a crear nuevos y antes de que me diera cuenta, tenía 12 canciones candidatas a formar parte del álbum.

Durante varios meses estuve probando diferentes formas de ordenar el álbum y la posibilidad de incluir o quitar algunas canciones; cada cambio que hacía implicaba escuchar el álbum atentamente y con diferentes mindsets, cosa que solía hacer cuando iba o volvía del trabajo o a la universidad. Al final, se quedó en 10 canciones; las dos que acabé excluyendo de momento no tengo intención de publicarlas, pero quién sabe… 😉

¿Crees que es más fácil trabajar solo o en equipo?

 

Para determinadas cosas yo soy muy mío, y trabajo solo mejor que con nadie, pero para proyectos multidisciplinares como este, trabajar en equipo suele ser una decisión súper enriquecedora. Siendo este álbum algo tan personal, al principio sí que es verdad que me costó dejar que otras personas interpretaran mi proceso, pero una vez comencé a trabajar con ellos y a entender su propia forma de trabajar y de ver mi historia me pareció algo muy, muy enriquecedor. Si hubiera trabajado únicamente yo en este álbum, siento que la identidad y la presencia que tiene ahora mismo sería muy distinta, e igual no tendría tanta coherencia o sería algo más difícil de entender o interpretar.

¿Qué te parece más complicado, la música o la informática?

 

Cada una tiene sus peculiaridades. A mí siempre me ha parecido que la música es una vía de escape para cuando me saturo de la informática, y viceversa. El hecho de una sea tan subjetiva y la otra tan objetiva hace que se complementen muy bien.

Yo diría que tanto la música como la informática son complejas de su propia forma, depende mucho de cuánto quieras profundizar en ellas. Aprender teoría musical, composición e incluso la física tras aspectos como la síntesis de sonido es casi equivalente a estudiar matemáticas y física; por otra parte, estudiar informática implica tener la cabeza bien amueblada y saber cómo funciona y cómo dar instrucciones a un ordenador. No sabría qué es más complicado, pero lo que sé es que disfruto de ambas por igual, porque las considero súper entretenidas y bonitas.

¿Qué opinas del uso de la Inteligencia Artificial en el sector musical?

 

Aislando el sector musical del resto del arte, me parece que los últimos avances que se están haciendo son increíbles, a la par que tenebrosos.

Por una parte, tenemos sintetizadores digitales como Synplant que, mediante redes neuronales, son capaces de resintetizar muestras de sonido que se les presenten, permitiendo al usuario editarlas y modificar su “ADN” a su gusto. Hay muchos artistas como Flume o Kelbin que utilizan técnicas como estas para lograr diseños de sonido realmente ricos e innovadores.

Por otra parte, probablemente habréis escuchado ya alguna canción con voces generadas por IA. Hay algunas bastante creíbles, pero no deja de ser algo que aterra mucho. Cualquiera con el equipo y software necesarios puede, a raíz de la voz de un cantante, crear un clon suyo y hacer que cante lo que haga falta. Como avance tecnológico es algo increíble, pero como artista no termino de acoger esta idea. Siento que la razón por la que se suele escuchar a un cantante es porque se sabe que hay una persona detrás, con una técnica y una emoción únicas e inigualables. Las IAs pueden recrear los tonos de voz, pero para mí suenan mucho más frías que lo que un humano pueda hacer. También hay artistas como Grimes que han creado modelos de IA con su propia voz y permiten que la gente los use, a cambio de un porcentaje de sus ganancias.

Personalmente creo que la revolución de la IA en el sector musical (y realmente, en nuestras vidas) es inevitable, pero hay que marcar claramente unas éticas a la hora de usarla. No obstante, creo que para los verdaderos fans de la música, no habrá nada remotamente parecido a escuchar a un cantante en vivo o en estudio.

¿Tienes ya algún proyecto nuevo en el que estes trabajando?

 

Sí, ¡varios, además!

Tras ver a Perarnau IV tocar en la sala Moby Dick (Madrid) este verano, aprendí un montón de cosas nuevas sobre la música en vivo y su interpretación. Aparte de descubrir muchísima música nueva, me hizo perder el miedo a la creación de música más cruda, menos cuadriculada y pulida. Por ello, ya he empezado otro proyecto (llamémoslo así, porque todavía no sé si será EP, álbum, o lo que acabe siendo) que se centra en el descubrimiento de la música electrónica más pura y ravera como símbolo de resistencia y oposición frente a la música “perfecta” que se escucha en todos lados. Ahora mismo toma como influencias a artistas como el propio Perarnau IV, Oscar Mulero, Plastikman, Yan Cook, y un largo etcétera que me podría tirar demasiado tiempo elaborando.

En paralelo a esto, sigo moviendo todo el tema del álbum para poder llevarlo a más sitios y poder presentarlo a más gente, pero por encima de todo, para pasármelo genial y disfrutar de hacer un arte tan bonito como este.

Para terminar, ¿Qué le dirías a tu yo de 10 años atrás con respecto a la música?

 

Le diría que no se rindiese, que ignorase a aquellos que se tomaban a broma lo que hacía y que durante bastante tiempo me hicieron sentir avergonzado de esto. Para mí, en esa época en la que empecé, la música era una vía de salida y entretenimiento que no encontraba en otros lugares ni personas. Era algo que saciaba la sed que tenía de aprender y experimentar y que me hacía sentir genial conmigo mismo, independientemente de las visitas y los likes que pudiera tener. Me encantaba descubrir cosas nuevas y priorizaba el aprendizaje por encima todo lo demás. A mi yo de 12-13 años le animaría a seguir descubriendo y absorbiendo de forma incesante, y le haría ver el valor tan grande que tenía y que en muchas ocasiones le costaba ver.

 

Si quieres escuchar el disco al completo puedes hacerlo a traves de este enlace.

 

 

Jorge martinez

Ingeniero del Software especializado en Ciberseguridad y artista multidisciplinar

Jorge Martínez es una mente inquieta que siempre necesita tener algo entre manos. Por una parte, cuenta con más de un año y medio de experiencia como Offensive Security Engineer y programador en SilentForce, empresa especializada en seguridad informática. En ella, ha trabajado con clientes de diversa índole ayudando a mejorar su seguridad desde el punto de vista de un atacante.

Por otra parte, Jorge también es un artista multidisciplinar conocido como Xtasik. Contando con más de 10 años de experiencia en producción musical, su visión artística actualmente se centra en el descubrimiento y creación de la música electrónica más pura, viva y análoga como forma de reivindicación del arte indie y underground. Desde que empezó, Jorge ha capturado la atención y el apoyo de figuras icónicas de la industria como Porter Robinson y Perarnau IV. Su último proyecto es «Power Saving Mode», un álbum de 10 pistas con versión de estudio y en vivo publicado bajo el sello estadounidense The Tabula Rasa Record Company que trata la introspección como método de conocimiento a uno mismo.

 

Para estudiar música aun no podemos ayudarte, pero si tu pasión es la informática, descubre nuestros grados, ciclos y masters en el siguiente enlace.

Facebook
Twitter
LinkedIn