Hablar de Milton Glaser supone referirse a un gran diseñador. Comienzamos hablando en presente ya que, pese a su reciente fallecimiento, sus logos, ideas y reflexiones acerca del diseño siempre nos acompañarán como un tesoro gráfico que arroja luz sobre el trabajo de futuras generaciones.
Por Héctor Orruño, profesor de Diseño Gráfico en U-tad y experto en cartelería.
En ocasiones el trabajo de una persona puede catapultarle a la fama, incluso ponérselo difícil a la hora de crear expectativas sobre futuros proyectos. Pese a que Milton Glaser realizó el archiconocido “I love NY” – imitadísimo hallazgo gráfico que nos ha hecho amar todas las ciudades del mundo – su excepcional trayectoria nos lega un valioso mundo creativo: un trabajo locuaz y atemporal. Por todo ello hago estas cinco reflexiones sobre Milton Glaser:
El dibujo como medio para comprender el mundo
Milton Glaser es una rara avis dentro del diseño. Encarna la personificación del diseño gráfico norteamericano durante la segunda mitad del siglo XX, pero también se le puede definir como un hombre del Renacimiento. Reivindicó la importancia máxima del dibujo para un diseñador y el estudio e inspiración en la historia del arte: “si no estuviera dibujando sentiría que no estoy mirando realmente”, dice el maestro. Para el diseñador neoyorkino dibujar es una forma de entender la realidad, una forma de prestar atención. Glaser es uno de esos diseñadores que dibujan rápidos esbozos de ideas que no pueden esperar en cualquier soporte. No hay que olvidar que el símbolo “I love NY”, fue esbozado rápidamente en una servilleta en 1975.
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El estilo no estilo
Es cierto que su obra tiene un carácter sumamente personal, pero Milton Glaser logra sorprender con cada trabajo, caracterizándose por un eclecticismo que hace que se sitúe por encima de las modas pasajeras. Partiendo de un vocabulario propio, Milton Glaser ha sido capaz de realizar trabajos estilísticamente muy diferentes, pero en los que siempre ha sido capaz de dejar una impronta personal reconocible. Ejemplo de ello son los pósteres realzados a Bob Dylan en 1966 o, más recientemente, en 2009, el cartel Hope para el expresidente Obama. Desde su agencia Push Pin Studios ya en los años 60 apostó por la ilustración en un momento en el que la fotografía era el medio dominante en publicidad, creando hasta la actualidad mas de trescientos carteles.
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El diseño gráfico como fuente de verdad
Milton Glaser no solamente estaba preocupado en mantener una buena relación entre diseñador y cliente, sino también entre diseñador y público. Esa es la razón por la que sus trabajos han trascendido el encargo inicial, y muchos de ellos se han convertido en iconos que generación tras generación siguen despertando interés. Decir la verdad y ser sincero y autocrítico con el trabajo propio eran dos máximas de su día a día en el estudio. Según Glaser, “a veces, uno puede hacer algo que realmente mejore la vida de la gente”.
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Diseño y música
Iniciando sus estudios en la High School of Music and Art de Nueva York en 1948, Milton Glaser ha estado muy asociado al Pop y a la música norteamericana de los años 60. Emblemáticos son los pósteres de Aretha Franklin, Bob Dylan, Lightning Hopkins, Hugh Masakela o Mahalia Jackson. O las portadas de discos, desde Bach, Beethoven a recopilatorios de Elvis o Los Beatles. Infinidad de carteles para festivales de música hacen pensar en la estrecha relación que el diseño gráfico puede tener con la música y con la propia vitalidad del autor.
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El placer de disfrutar el proceso de trabajo
Milton Glaser fue un trabajador incansable, pero que también disfrutaba de momentos de ocio. Parece que su mente no descansaba nunca y siempre estaba dando vueltas a algo que quería materializar. Para Glaser transformar un pensamiento abstracto en un objeto material era un milagro. Su proceso de trabajo consistía en una mezcla entre azar, intentos, idas, venidas, intuiciones poéticas, y análisis racionales que muchas veces desembocaban en un feliz hallazgo final.
Y es con su concepción del proceso creativo como me gustaría despedir este breve recorrido sobre Milton Glaser, destacando la que fue, a buen seguro, su principal energía vital: “todo está conectado. No hay sucesos desconectados en la experiencia humana, pero descubrir esas conexiones, a eso, le llamamos ser creativo”.
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Héctor Orruño es profesor de Diseño gráfico en U-tad y experto en cartelería. Es freelance y Fulgur Studio es su estudio de diseño.
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