Abres los ojos y coges el móvil. ¿Cómo es? ¿Alargado, cuadrado, con dos cámaras, quizás tres? Apagas la alarma que aparece en la pantalla. ¿Tiene el fondo de color negro? ¿Algún botón? Te incorporas y te pones las zapatillas de estar por casa. Quizás sean de tu película favorita, o simplemente de cuadros. Tiendes la cama. ¿Qué estampado tienen las sábanas?
Estas preguntas son solamente algunas de las que te pueden surgir a lo largo de los primeros minutos de tu día, imagina si lo relatáramos entero, contemplando desde la taza en la que te haces el café, hasta la ropa que te pones, el coche que conduces o el microondas en el que calientas la cena. Todo, absolutamente todo, ha pasado por un proceso de diseño.
El diseño es quizás el elemento común a todo lo que nos rodea, y justamente por ello debe evolucionar y responder a las demandas de la sociedad. De esto y otras cuestionemos hemos estado charlando por el Día del Artista con Bárbara Sainza, profesora de Arte Digital y Pensamiento Creativo, y Héctor Orruño, profesor de Diseño y Artes Visuales, ambos del Grado en Diseño Digital de U-tad, y estas son las conclusiones a las que hemos llegado. ¿A qué esperas para leerlas?
Arte y funcionalidad, ¿siempre de la mano?
El diseño nace alrededor del siglo XX, con las sociedades industriales, y por lo tanto lleva ese valor implícito de lo industrial, y de lo útil también. Siempre busca la funcionalidad, además de la estética, pero no debemos olvidar que la estética ya cumple una función por sí misma, la de agradar.
En un buen diseño la parte estética debe guardar relación con la función para la que se ha concebido el objeto. Además, debe tener la capacidad de resistir el paso del tiempo.
Previendo el futuro
El diseño siempre refleja el momento en que se encuentra la sociedad. En este sentido, la estética de la que hablábamos antes es la encargada de lanzar un mensaje a través de su forma, su color… Ejemplo de ello es el color que eligió Pantone el año pasado para este 2022: Very Peri. Una tonalidad que pretende transmitir todo lo que ha acontecido en los últimos años, así como lo que está por llegar. Al final, el diseño intenta adelantarse a las necesidades que puedan ir surgiendo en la sociedad.
Respecto a esto también podemos comentar las tendencias que Fjord predijo para este 2022, entre las que se encontraba “el fin de la abundancia”, que meses más tarde se convirtió en una evidencia. El diseño tiene que atender a este tipo de contextos y cuestiones, ir más allá del consumo sin más. Por poner un ejemplo, en el packaging ya se le está dando una vuelta al tema del reciclaje, intentando que tenga segundos o terceros usos, como que una caja de zapatillas se convierta en una mesa para tomar el aperitivo.
El fin del usuario universal
El diseño debe concebirse desde la empatía, estar pensado para todas las personas, tratar de llegar a todos los colectivos. Pero más allá de esto, hoy en día lo que tiene que hacer es dar respuesta a un contexto político, social y cultural muy complejo. El diseño tiene que estar en continuo diálogo con la sociedad.
A pesar de que el “usuario universal” ha dejado de existir, de que se ha comenzado a tener en cuenta otras realidades, debemos preguntarnos si verdaderamente se está dando un cambio de paradigma o si simplemente se están implantando estos cambios para dar respuesta a las demandas sociales que han ido surgiendo durante los últimos años, a modo de “lavado de imagen”. Sea cual sea la razón, la realidad es que el diseño siempre tiene que ir acorde a su tiempo, adaptándose a las circunstancias.
Hacia la personalización del diseño
En relación con esto, podemos afirmar que todo el mundo pertenece en algún momento a una minoría, que la “mayoría” tal y como la conocíamos nunca ha existido, sino que simplemente ha sido un concepto inventado por una sociedad de consumo en la que todo se hace para una masa. Esto dejó de ser así en cuanto internet y las redes sociales rompieron con la unidireccionalidad en la comunicación para dejar paso a un nuevo modelo en el que todo consumidor es a la vez productor, puede ser escuchado y tiene voz.
De todos modos, más que incluir a todas las personas en cada uno de los diseños, parece ser que el futuro pasa por la personalización. Y es que en el momento en que queremos incluir todo en un diseño, este se convierte directamente en un mal diseño.
¿Cuál crees que es el futuro del diseño? Si te interesan estas y otras cuestiones, no dudes en echar un ojo a nuestro Grado en Diseño Digital. ¡Y feliz Día del Artista!