Álvaro Bernal es profesor de ‘Diseño de Usabilidad e Interfaces’ en el Grado en Diseño Digital de U-tad, y diseñador de productos digitales. Más allá de la docencia, su trabajo diario consiste en analizar cómo se comportan los usuarios, ver qué necesidad o problema tienen, y diseñar soluciones. Hablamos con nuestro profesor sobre su experiencia, su concepción sobre el mundo del diseño, y su importante labor como docente para nuestros alumnos.
Trabaja en Urano Studio, empresa que impulsa junto a dos socios, y desde la que realiza proyectos de diseño de interacción, de producto, usabilidad, diseño de interfaces, entre otros, tanto para pequeñas empresas y startups españolas e internacionales, como para compañías más grandes. Deja claro que su trabajo no es el diseño gráfico, ni el multimedia, ni la ilustración. «Un diseñador de producto digital no deja de hacer lo mismo que el que diseña un producto físico, como un diseñador industrial que puede diseñar una cafetera, pero en este caso el producto se utiliza a través de una pantalla, que suele ser un ordenador, un móvil, una tableta, etc.”.
¿Siempre has querido ser diseñador?
Comencé a diseñar viendo el ejemplo de mi hermano. He tenido la suerte de que en mi casa siempre ha habido ordenador, y mi hermano es diseñador por vocación. Desde niño decía que quería ser diseñador de coches, así que cuando yo tenía 10 años él empezó a estudiar Ingeniería Industrial. Cuando no lo estaba utilizando yo, me pasaba el tiempo viendo cómo utilizaba el ordenador él. Vi que tanto en bachillerato como durante su carrera tenía asignaturas sobre diseño, diseño industrial, Photoshop, retoque fotográfico, diseño gráfico… y me gustaba mucho. Con el tiempo empecé a ver tutoriales, a probar y, poco a poco, sin darme cuenta, fui diseñando. Al principio hacía mucho diseño gráfico, diseño de cartelerías para imprenta, cartas de restaurantes, tarjetas de visita, logotipos, branding… Pero desde 2012 aproximadamente lo único que hago es diseño web y diseño de aplicaciones móviles. En ese momento dejé de hacer cosas con el fundamento de que fueran bonitas para hacerlas con el fundamento de que funcionaran.
¿Qué es el diseño para ti?
Al final diseño es todo. Quien cocina también está diseñando. Para mí el diseño es la vía, que no la herramienta, para solucionar un problema. Es el conjunto de metodologías, procesos y procedimientos que se emplean para solucionar ese problema. Por ejemplo, puede venir un cliente que ha tenido una idea para una aplicación, una plataforma web o un producto, y necesita las metodologías y las herramientas para poder llevarlo a cabo. Otro cliente tal vez
tiene una plataforma web con la que no está teniendo las ventas que espera y necesita que mis socios y yo estudiemos a sus usuarios, necesita que veamos cómo se comportan y que diseñemos ciertas soluciones para que pueda cumplir sus objetivos. O tal vez ese cliente esté muy contento por cómo funciona su producto y quiera simplemente que se vea más estético. No digo que más bonito, porque es subjetivo, pero lo estético no… Nosotros hacemos que el usuario que va a utilizar nuestro diseño sienta que, en cierto modo, su vida o la tarea que necesita realizar ha sido más fácil gracias a nuestro trabajo.
¿Qué es lo que más te aporta de tu labor como profesor?
Trabajar como profesor de diseño me ha hecho ser mejor diseñador. Hay muchas cosas que he tenido que refrescar para poder impartirlas bien y darles forma, y eso ha acabado afectando positivamente a lo que hago hoy en día. Todo esto ha hecho que tenga un poco más claras las cosas, y que incluso pueda – por ejemplo – ver cómo se comportan ciertos tipos de usuarios a raíz de las conclusiones que han sacado los alumnos que han hecho ejercicios en clase conmigo. Trabajar con alumnos con múltiples puntos de vista implica trabajar en equipo y entender que prefieren unas metodologías frente a otras (por ejemplo) y por qué. Un público variado, tener un espectro amplio para analizar, que la información que recibes sea diversa, te ayuda a ser mejor diseñador también. La diversidad, en todos los sentidos y formas, es algo que siempre nos enriquece.
¿Cómo son tus clases?
A lo largo del cuatrimestre tenemos tres tipos de clases. La que menos me gusta dar, aunque es necesaria, es la clase teórica. Se explican ciertos procesos, metodologías, planteamientos, principios de usabilidad, de funcionalidad… Mediante presentaciones estudiamos conceptos que han definido otros grandes diseñadores de la historia como Dieter Rams, Steve Krug, Jakob Nielsen, etc. Las clases que más me gusta dar son las prácticas, porque entiendo que mi asignatura tiene que ser fundamentalmente práctica. Todo un cuatrimestre es como un proceso de diseño durante el que intento explicar todas sus fases para que los estudiantes aprendan qué ejercicios hacer en cada una de ellas. Esas clases son las mejores porque estás aplicando, ejecutando, diseñando. Después, en un tercer tipo de clases, vemos vídeos de Youtube, documentales o charlas de otros diseñadores, e incluso en ocasiones invito a algún diseñador de mi círculo para que demos clase juntos.
¿Es importante la fase de formación para un futuro diseñador?
Es importante porque el diseño de producto digital es algo relativamente nuevo, no tiene tantos años como el diseño gráfico. Cada vez más las empresas o el mercado pueden demandar diseñadores de producto que hayan sido educados con ciertos principios, y no tanto gente que venga de otras ramas y se haya reciclado. Cuanto antes empieces, mejor. Cuantos menos vicios tengas o arrastres, mejor. Al final lo importante es sacar tus propias conclusiones y procedimientos, y es lo que intento transmitir en clase. Siempre les digo que el proceso y las metodologías que yo enseño no es que sean los mejores, ni los que hay que hacer. Simplemente estoy explicando distintos procedimientos, y cada uno tiene que saber elegir cuál se ajusta mejor a aquello a lo que se está enfrentando. Lo bueno es que de mi clase no se sale con la cabeza llena de teoría, sino habiendo entrenado, practicado, y habiendo sido corregidos, e iterando una y otra vez el mismo trabajo. Eso aporta un extra con respecto al que se va a enfrentar a ello por primera vez.
¿Ha cambiado el mundo del diseño?
En mi rama de diseño de productos digitales antiguamente existían los diseñadores de experiencia de usuario (UX) por un lado y los diseñadores de interfaces (UI) por otro. Trabajaban por separado todo el tiempo. Quienes se dedicaban al UX solían ser psicólogos, sociólogos, e incluso personas que habían estudiado ciencias. Quienes hacían UI solían ser más artistas, venían de bellas artes, habían estudiado diseño gráfico… En esa época no había formación casi en ningún sitio sobre diseño de producto digital, tenías que apoyarte en otra rama del diseño, aprender de ella lo que pudieras, y más tarde dedicarte al producto digital. Poco a poco esos dos perfiles se han ido fundiendo en uno solo y eso es lo que ha dado lugar a diseñadores de producto, que somos los que hacemos ambas cosas.
¿Qué cualidades debería tener un diseñador de producto digital?
En primer lugar, inquietud por buscar constantemente soluciones a distintos problemas. Siempre digo que cuando tienes mentalidad de diseñador de producto, en general, ves errores en muchas cosas (por ejemplo, en una botella cuyo tapón funcionaría mejor de otra manera). Me pasa mucho con las cafeteras de cápsulas. Hay algunas muy bien diseñadas y con poco margen de mejora, y hay otras que están para coger el diseño, tirarlo entero y empezar de nuevo. Debes tener esa inquietud por querer mejorar las cosas de inmediato, y saber que lo que tú haces tiene que verse bonito, pero también tiene que solucionar un problema.
Cuando coges un VTC lo haces porque necesitas ir rápido de un punto a otro. Nosotros diseñamos una herramienta, la aplicación móvil, que permite contratar un coche y hacer que la experiencia que tiene esa persona sea satisfactoria, que la apariencia que reciba sea estética y agradable y que, a parte, le resulte fácil de usar. El diseñador debe tener la inquietud de plantear soluciones, pero, inevitablemente, también debe tener sensibilidad por el gusto, la apariencia, la estética y la belleza. Nosotros hacemos un equilibrio entre la función y la forma. Hay gente que no tiene gusto en general para el diseño y es muy difícil ser buen diseñador así, y quizás ocurra lo mismo si no sientes inquietud por cambiar el funcionamiento de las cosas que llevan mucho tiempo establecidas. ¿Qué se hayan hecho siempre de una forma significa que esa forma sea la mejor?
¿Qué recomendaciones darías a quienes están decidiendo en estos momentos su futuro?
Que miren, que busquen, que se informen, que vean si hay algún diseñador que les inspire, y que no tengan miedo de escribirle, preguntarle para saber cuál es su día a día. A mi me encanta mi trabajo, creo que estudiar y trabajar toda tu vida a algo que no te gusta tiene que ser terrible. Por eso les animo a que lean blogs de diseño, que investiguen en sitios de diseño, que lean libros de diseño… Y si cuando lo están haciendo notan que les gusta, que les palpita algo dentro, estarán en el camino adecuado. Lo que hay que hacer a partir de ahí, de esa intención y sensación, es trabajar, trabajar y trabajar, que es como se aprende: machacando conceptos, ejecutando y mejorando constantemente. Con cada diseño que hacemos generalmente estamos siendo mejores diseñadores que cuando trabajamos el anterior.
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