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Bulos en la red: la obligación de buscar y desmentir información falsa

Mariluz Congosto es experta en investigación de datos sociales y profesora en el Experto en Business Analytics de U-tad. Dedica su día a día a detectar información falsa en la red y trabajar de manera minuciosa para desmentirla. Asegura que cualquier persona debería sentirse en la obligación de, al menos, no difundir información si es consciente de que es falsa. Aunque la información se ‘autorregula’ de alguna manera, explica que aún faltan personas que se queden en el punto medio, que miren hacia varios lados (especialmente ideológicos) para detectar esos bulos en cada extremo. “En ambos se miente, y como difundir mentiras y engañar a la gente no es bueno, da igual de dónde venga la mentira, yo analizo de todo”, determina.

Hay bulos planificados, bien estudiados, con la intención de difundir un mensaje muy concreto. Otros aparecen de manera improvisada, y muchas veces motivados por momentos de crisis como el que hoy vivimos. Precisamente en tiempos como el que nos toca vivir es necesario ser más prudente que nunca con la información que se crea, se difunde y se comparte.

Mariluz Congosto, reconocida experta en investigación de datos sociales y profesora del Experto en Business Analytics de U-tad, explica que estos bulos se difunden de varias maneras. Algunos lo hacen mediante perfiles falsos, “perfectamente conectados con personas normales, y desde los que se canaliza la información que luego prospera a través de esos contactos. Es una propagación en red”. Otros bulos se propagan a través de personas que tienen muchos seguidores y visibilidad.

Llegar a esto supone un trabajo detallado, como el que realiza esta profesional, de recogida de datos con herramientas específicas y análisis de red. Después llega el desmentido, aunque no siempre es posible. Lo que deja claro Mariluz Congosto es que detectar bulos, analizarlos y tratar de reconocerlos no es algo inalcanzable. “Se puede lograr con herramientas gratuitas. Solo hay que tener ganas, aprender, y utilizar bien esos recursos”.

Desmentir los bulos es necesario, pero ¿es efectivo hacerlo? “Con unos más que con otros. Depende de la difusión y del tipo de bulo”. El bulo suele durar alrededor de un día cuando se desmiente, aunque hay algunos que prosperan más, incluso ayudados por la prensa. “Dependiendo del alcance que tengan tardan más o menos en frenarse. El desmentido no lo para, pero lo frena. Siempre hay una curva decreciente en el momento en el que se logra ese desmentido y hay usuarios que dejan de difundirlo”, explica Congosto. “Cuanto antes se logre el desmentido menos va a crecer el bulo y mejor lo podremos atajar”, añade.

El proceso que se sigue es muy meticuloso. Pone el ejemplo de Maldito Bulo, plataforma que hace fact-checking (verificación de hechos), comprobando múltiples aspectos. “Es algo que no se hace en cinco minutos. A veces se tarda varios días en desmentir un bulo. Otras veces no se puede desmentir, a pesar de tener todos los indicios. Maldito Bulo, por ejemplo, no puede decir que algo es bulo si no tiene todas las pruebas para asegurarlo, aunque venga de un medio que solo publica contenido falso, aunque los profesionales que han dado con él puedan comprobarlo con su experiencia”. Esto hace que pase el tiempo y que el bulo, aunque ‘se olvide’, quede ahí.

 

 

Detrás de los bulos

“Con cualquier cosa que veas o leas, si sabes que es mentira o puede serlo, tienes la obligación decir que tal vez no es verdad, y por qué. Y ahí está la importancia de los datos. El que tenga el conocimiento debe ayudar y ponerlo en la red para que el bulo se contrarreste”.

Explica Congosto que los perfiles que suelen estar detrás de este tipo de verificaciones son, también, personas normales. Algunas saben que ella se dedica a analizar información, así que le envían aquella que consideran sospechosa. “A veces me ayudan a encontrar información que ni yo buscaría. Luego te pones a analizar y encuentras bulos perfectamente canalizados”. A muchas personas les gusta leer, contrastar información, lo que lleva a una “autorregulación de los propios usuarios”. Hay usuarios que hacen validaciones hasta donde son capaces de llegar, después lo derivan a expertos.

“Esto es bueno, significa que no solo los profesionales expertos están detrás del desmentido, sino que la gente está atenta. Me alegra que la gente desconfíe, revise y compruebe, y que cuando ve algo raro no lo deja pasar. Todos podemos aportar algo”, asegura.

A pesar de todo – y como en todo – existe mucho partidismo a la hora de detectar y desmentir bulos. Congosto confiesa que mantenerse imparcial es complicado, pero ella trata de hacerlo siempre porque “el ruido viene de los dos lados. Por mirar a un lado no te puedes dejar el otro. En ambos se miente, y como difundir mentiras y engañar a la gente no es bueno, da igual de dónde venga la mentira. Yo analizo de todo”.

Por eso, Mariluz Congosto dice que “falta gente”. Echa en falta personas que estén en el medio, que no se decanten por una posición u otra. “Al final se desmontan las cosas porque siempre hay alguien a cada lado desmontando al de en frente, pero que haya gente en medio que mire para uno y otro lado es necesario”, determina.

¿Qué podemos hacer para evitar bulos (especialmente en tiempos de crisis)? PINCHANDO AQUÍ puedes leer los consejos que te da Mariluz Congosto.

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