Austriaco, con residencia habitual en Nueva York, el mismo lugar en el que tiene su pequeño y prestigioso estudio ‘Sagmeister, Inc.’. Nominado y galardonado en los premios Grammy. Considerado uno de los diseñadores gráficos más relevantes del panorama internacional, así como director de arte. Especialmente conocido por su pasión y vinculación con la industria musical (habiendo trabajado como diseñador para ilustrar trabajos de David Byrne, The Rolling Stones o Lou Reed, entre otros).
Destacado por sus periodos sabáticos de un año de cada siete, durante los que cierra su estudio y se marcha a un país nuevo para encontrar la inspiración suficiente con la que seguir su recorrido profesional y no caer en la repetición. Ha marcado tendencia por su idea de la felicidad, y por haberla plasmado en la película ‘The Happy Film’. Carismático, diferente, innovador y provocador, llegó a diseñar un cartel con una imagen sobre sí mismo, después de tallarse sobre la piel los detalles de una conferencia.
Si no le conocías seguramente ahora quieras saber mucho más sobre este diseñador que no deja indiferente a nadie. Te proponemos que empieces por esta entrevista que hemos tenido la oportunidad de hacerle desde U-tad:
Mucha gente te define como un ‘rock star’ del diseño gráfico. ¿Es así como te sientes?
Jajajajaja. No. A muchos les llaman ahora ‘rock star’, hasta el punto de que este término ha perdido relevancia. Ahora mismo, quienes no son considerados como tal, son los que realmente lo son. Son marcas en sí mismos.
¿Es el diseño una manera de resolver problemas, o no solo?
Un buen diseño tiene que ayudarte y tiene que deleitarte. Si todo lo que hace un diseño es resolverte un problema, entonces será mediocre y, con frecuencia, malo.
¿Cómo definirías tu trabajo en diseño desde un punto de vista muy personal?
Siempre he intentado hacer diseños que tengan la oportunidad de llegar a alguien, con un enfoque más emocional.
Tu carrera está marcada por periodos sabáticos. Tu primera experiencia fue en Manhattan, pero no funcionó del todo. Después fuiste a Bali, y la cosa mejoró. ¿Desconectar radicalmente de la realidad te ayuda a mejorar tu creatividad?
Sí, mi primera experiencia sabática tuvo lugar en Manhattan. Aunque hubo algunos problemas iniciales (por un enfoque equivocado), después de algunas semanas esto se resolvió y lo que siguió de año fue muy satisfactorio. La razón por la que decidí que los siguientes periodos sabáticos fueran en Bali, Ciudad de México, Tokio y Schwarzenberg fue porque no quería repetir la experiencia en los mismos sitios. No quería acostumbrarme.
¿Cuál ha sido el mejor proyecto que has conseguido en uno de tus periodos sabáticos?
Durante el segundo periodo sabático, en Indonesia, estuve buscando algo significativo para diseñar, y la película ‘The Happy Film’ parecía encajar. Me obligó a hacer muchas investigaciones y experimentos en este campo. Pensaba que cualquier cosa que hiciéramos podría ser útil para otros, lo que también me permitió trabajar en un medio diferente, ya que nunca había hecho una película. La mayor parte de las cosas que hago cada día están orientadas hacia este objetivo, a menudo muchas veces no de una manera muy directa. Parecía más desafiante tener que manejar este tema a través de una película que en un trabajo impreso. Probar nuevos medios hace que no me acomode demasiado. Al principio se suponía que iba a ser una película sobre la felicidad en general, pero en seguida entendimos que iba a ser imposible, ya que el tema era demasiado extenso, así que acabó convirtiéndose en una película sobre mi propia felicidad (y en esto soy un experto).
¿Este tipo de periodos sabáticos se han convertido en tu principal fuente de inspiración?
Sí. Forma parte del compromiso de dedicar una parte de mi tiempo a lo que realmente me interesa. Descanso un año de cada siete. Cada diseñador cuyo trabajo admiro hace su propia versión de esto: cada tarde, un día a la semana, un par de días al mes… Hay distintas versiones que se ponen en práctica en pequeñas o grandes compañías.
¿Alguna vez has sentido miedo durante estos periodos?
La única vez que sentí miedo fue antes de comenzar el primer periodo sabático. Temía que mi pequeño estudio fuera olvidado, y que después tuviéramos que empezar de cero. Como eso nunca pasó, el miedo tampoco volvió.
Hablas mucho sobre la belleza, sobre la posibilidad de encontrar un ‘desierto espiritual’ al abandonarla… Reivindicas la belleza como estrategia creativa, pero ¿qué es la belleza?
No creo que sea posible definir la belleza: es una combinación de forma, color, composición, material y estructura para complacer los sentidos estéticos, especialmente la vista. Todos estos elementos de belleza pueden perseguirse.
¿Has tenido feedback sobre cómo tu diseño ha ayudado a otros a mejorar sus vidas?
Claro. He recibido muchas muchas cartas de visitantes a las exposiciones ‘Happy Show’ y ‘Beauty Show’, porque algunos aspectos que vieron en ellas les ayudaron a hacer cambios en sus vidas. Recuerdo la de un chico de 14 años que, después de visitar una, se armó de valor para pedirle un beso a la chica que llevaba mucho tiempo gustándole. Funcionó.
¿Has esbozado tu vida como un proyecto de diseño? ¿o te has rediseñado a ti mismo a lo largo de tu vida?
La gran experiencia de aprendizaje que conseguí después de ‘The Happy Film’ era algo que había escuchado decir mucho a Jonathan Haidt’s (asesor científico). Él considera que la felicidad puede sobrevenir si logras establecer una relación correcta con otras personas (tanto conocidos lejanos como familia cercana), o si consigues que la relación con tu trabajo sea la correcta, o que la relación con cualquier cosa sea más importante que tú mismo. Solo así la felicidad puede surgir desde muchos ángulos.
Cuando comencé mi año sabático en Ciudad de México y busqué un tema principal sobre el que trabajar, inmediatamente tuve claro que tendría que ser la belleza, ya que eso me obligaría a estar en contacto con muchas personas, a tener que trabajar con muchos expertos, artistas, diseñadores, y productores, y todo esto sería mucho más importante que yo mismo. Los siguientes meses fueron los más felices de mi vida.
En un mundo como el actual en el que parece que nadie tiene tiempo. ¿Redefinirías el concepto de ‘tiempo’? ¿Cómo?
A mi parecer, la Covid-19 ha redefinido bastante nuestro concepto de ‘tiempo’.
¿Qué consejo le darías a aquellos jóvenes diseñadores o que estén pensando en dedicar su vida al diseño?
Que traten de hacer ejercicios para que su trabajo se vuelva técnicamente cada vez más sofisticado. Por ejemplo: que seleccionen tres piezas de diseño que crean que son buenas, y después las copien de manera exacta y minuciosa, con la misma tipografía y todo. Por supuesto, esto sería solo para practicar, no para su porfolio. Después, que elijan tres proyectos nuevos que contengan mucha información, y que hagan tres trabajos por su cuenta: un póster, un sitio web y una identidad corporativa.
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