La esencia de Aladdín o La Sirenita vuelve a llenar de ilusión nuestras Navidades. Desde este 2 de diciembre el público español ya puede disfrutar de Vaiana, el nuevo proyecto de Walt Disney Animation Studios. En U-tad somos unos privilegiados: pudimos asistir a su preestreno el pasado 23 de noviembre, así como al debate posterior entre los directores del largometraje, Ron Clements y John Musker, que fue moderado por Borja Montoro, nuestro profesor en el Grado de Animación, y en el Experto en Diseño de Personajes y quien también ha participado en la película.
Durante el mismo fueron numerosos los asistentes que quisieron transmitir a los directores de Disney lo que sus películas han significado para la infancia de muchos. Ellos, por su parte, conversaron amigablemente con sus eternos seguidores y confesaron detalles sobre su trabajo más personal que siempre gusta escuchar: “intentamos averiguar a quién no le ha gustado. No vivimos aislados en una burbuja”, reconocieron entre otras cosas.
Los creadores de grandes mitos del cine de animación hablaron extensamente sobre los personajes y la historia de la nueva película. Entre otras cosas hicieron referencia al contexto en el que se desarrolla la historia: dos personajes – Vaiana y Maui – pasan más de la mitad del tiempo, solos, en mitad del océano y en una isla paradisíaca de la Polinesia. La razón es sencilla: explican los directores que, llegados a cierta edad, dejaron de ubicar las películas en sitios poco atractivos. La música y los llamativos colores son clave determinante en esta producción.
También hablaron de los traviesos cocos que dan acción a la trama – y que nacen fruto del límite de tiempo y de presupuesto – y de los simpáticos animales que “conducen la acción de Vaiana”. Además, explicaron lo difícil que es pensar cómo hacer en animación esas cosas que no existen en la vida real (como tatuajes en movimiento).
Sin embargo, lo que más interés suscitó durante la jornada fue el proceso de documentación que, según comentaron los directores, comenzó hace cinco años, después de que el equipo creador leyera la historia de islas con seres mágicos y semidioses. Pasaron semanas viajando por varias de ellas, conversando con diversas tribus y entendiendo sus tradiciones. “Aprendimos que tenían una cultura basada en la magia y en la exploración del mar. Además estaban muy conectados con sus ancestros y tradiciones”, explican.
Vinculan este hecho al de haber trabajado con quienes han hecho grandes producciones, al estilo de Bambi. Confiesan que no conocieron a Walt Disney, pero trabajan con quienes lo hicieron codo con codo con él. “Somos muy tradicionales en animación y, con Vaiana, hablamos de una cultura que valora mucho el pasado”, dicen.
De toda la información recogida nació una chica de 16 años que se ha convertido en la nueva y peculiar “princesa” de Disney. En esta ocasión ella es quien toma la gran pantalla, mientras que su compañero de aventuras, Maui, no es más que un personaje secundario. “Es un semidiós venido a menos. Es ella la que va a salvar su cultura y va a recuperar la tradición marítima de su pueblo”, añaden los directores.
«Vaiana sin el mar no es película»
Clements y Musker reconocen que siempre quisieron que el océano fuera otro de los protagonistas. “Vaiana sin el mar no es película”, aseguran. A pesar de las malas expectativas de la primera renderización, el buen resultado, ahora, es evidente: el mar “habla”, con gestos, con la pequeña protagonista.
Para el equipo de documentación de Vaiana aprender, leer y profundizar en la cultura que se representa en pantalla fue muy importante. Los directores aseguran que su principal objetivo fue que el espectador viera el mundo a través de los personajes. El equilibrio entre estos – que tienen que ser fuertes – y la historia – que debe ser emocionante – es una constante. “Los buenos personajes siempre son como un buen caldo, deben tener buenos ingredientes: Vaiana es empática, tenaz, atrevida y guerrera. No sigue un estereotipo”, añaden.
El éxito de un personaje depende, también, de la voz de doblaje que se necesite. El caso de Vaiana (en inglés) es curioso. La joven que dobló su voz no era conocida (se presentaba para recaudar fondos para una asociación), incluso fue la última en el casting. “Esa chica es la que hizo al personaje. Lo vimos en ella y en sus cualidades”, dicen los directores. Por su parte, Maui – con aires chulescos y prepotentes – podría haber caído mal si no se hubiera doblado bien.
El resto de los detalles los averiguarás cuando veas la película. Lo que tal vez no sepas es que el mensaje es ecológico. Su intención es concienciar: que el espectador entienda que hay que respetar la naturaleza o, de lo contrario, se enfrentará a las consecuencias que se ven en pantalla. “Queríamos un fin esperanzador, una moraleja. Hay un problema pero estamos a tiempo de arreglar las cosas, tratar con respeto nuestro mundo y salvarnos”, concluyeron los directores.